La intención de este artículo es cambiar el concepto de maltrato animal como el que alude a dar golpes o maltrato físico a un animal. El bienestar animal abarca mucho más que eso.

Actualmente el bienestar animal se define como una ciencia que busca estudiar las necesidades de los animales.  El concepto de bienestar animal es muy reciente, en la década de 1960 (habiendo vivido el hombre relacionado  con animales durante siglos), el Consejo de Bienestar de Animales de Producción realizó un informe al gobierno de Reino Unido. Desde esos días la ciencia ha avanzado en conocer o medir el bienestar animal de la manera más objetiva posible.
Para eso, se ideó una evaluación desde 5 perspectivas que determinan las libertades o necesidades de los animales.
De acuerdo a si son animales de granja o mascotas, se puede adaptar a cada condición.

Las necesidades (o libertades) o algo así como los derechos de los animales:

1. Entorno adecuado.
Una mascota necesita un lugar confortable donde dormir. Si está en un patio debe tener un lugar protegido del viento, el Sol y además espacio de acuerdo a su tamaño. Un muy mal ejemplo sería tener un perro encerrado en la terraza de un departamento todo el día hasta que llegue alguien, simplemente para que no ensucie o rompa cosas.

2. Dieta adecuada.
Una mascota, perro o gato, debe comer todos los días y de acuerdo a las necesidades nutricionales que requiere su edad y condición física. Además debe tener agua disponible permanentemente. Es más, en este punto, puedo recalcar que si una mascota tiene necesidades especiales de una dieta por una falla renal o hepática, por ejemplo, y no se le da el alimento que corresponde, el responsable de la mascota está fallando con el cumplimiento del bienestar de su compañero.

3. Buen estado de salud.
Lo primero es minimizar la posibilidad de que una mascota tenga lesiones o pueda enfermar. Por ejemplo, vacunar es la mejor prevención contra enfermedades gravísimas, desparasitar constantemente interna y externamente mantiene a la mascota libre de parásitos y de las enfermedades que ellos pueden transmitir.

4. Ser capaz de mostrar el comportamiento normal de la especie.
En este punto se incluye la necesidad de tener contacto con  otros de su especie y comportarse de forma natural. Por ejemplo, un perro en un paseo necesita oler a otros perros y no que el paseador le dé un tirón a la correa para que no tenga contacto con otros perros.

5. Estar protegidos del dolor y el malestar.
Para ello se debe tomar medidas que eviten el estrés y el sufrimiento mental del animal. Por ejemplo, llevar un gatito a un nuevo hogar en donde alguien de la casa no tolera al gato, todo el tiempo lo asuste y lo eche de todas partes. O llevar un gatito a un departamento en donde el perro que vive desde antes lo amenaza todo el día y el pobre gato no pueda bajar del refrigerador por miedo.

Lamentablemente, las decisiones de un Estado son políticas y en la práctica casi no se permite la injerencia de la ciencia, por lo tanto, a nivel país es preocupante el atraso en la creación y fiscalización de normas que regulen eficientemente el bienestar animal.  Pero sí es posible que cada uno evalúe cómo se están cumpliendo estas 5 necesidades en su mascota.

Un punto muy importante según mi percepción, es el poco tiempo que se le dedica a nuestras mascotas. Con frases como “tiene tremendo patio” o “no le gusta salir” sólo incrementamos las enfermedades asociadas al sedentarismo, que se está convirtiendo en la epidemia del siglo XXI.

Finalmente, con esta evaluación y considerando el tiempo que le entregamos a nuestras mascotas, los invito a que nos cuenten de las 5 necesidades de sus mascotas y cómo creen que pueden mejorar para cumplir el ideal de la tenencia responsable.